Después de tres años en nuestro municipio Jesús de la Caridad se ha ganado el sobrenombre y el cariño de numerosos fieles y devotos torrecampeños, que esperan impacientes al Domingo de Ramos en que esta portentosa talla cruce las puertas de San Bartolomé en estación de penitencia. Pero como esas previsiones aún se contemplan lejanas, por segunda vez la Pro-Hdad del Dulce Nombre organizaba un solemne Vía Crucis con la imagen en pleno Viernes de Dolores, iniciando de una manera especial la pasión de nuestros cofrades.
Esta vez, el Soberano Señor del Prendimiento pasaba a bendecir un barrio que con el paso del tiempo el grupo parroquial ha ido haciéndose suyo, con el cariño y el recibimiento de un arrabal olvidado por nuestras cofradías como fuera el de San Isidro o el llamado "Barrio del Caminillo". El cortejo avanzaba con gran recogimiento al compás de las agujas del reloj, que se agitaban ante la presión de la tan cercana Semana Mayor. Y los aromas de incienso se agitaban frente a una pálida luna que contemplaba serena el fervor de sus calles, que acogían las gentes de nuestro pueblo creando una singular belleza que tarde o temprano se repetiría en los días venideros.
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