lunes, 19 de septiembre de 2016

Dolores sin Soledad

"Stabat Mater Dolorosa iuxta Crucem lacrimosa..."

 

  Cada 15 de septiembre la Iglesia Católica conmemora los dolores gloriosos de María, por lo que se establece como la onomástica de dicha advocación y no como la tradición viene marcando en el Viernes de Dolores. Desde hace varios años y con unas reformas en sus estatutos la Cofradía de la Soledad celebra una procesión gloriosa por nuestras calles en honor a su titular.

 Este año como novedad, la Emperatriz que enluta nuestro templo resplandecía para su devotos con la recuperación de las antiguas ráfagas que ya rescató la junta directiva en sus últimos cultos previos a la Semana de Pasión. Pero esta vez la novedad iba mucho más allá de los cirios y las flores, puesto que sería el palio nocturno quien diera cobijo a la Madre y no las bambalinas lobuladas que siempre la han acompañado, algo que resultó del gusto para unos y del disgusto para otros. La Banda Municipal puso el toque glorioso por las estrechas calles que se disponían a abrazar a su Virgen de los Dolores, la cual se desvanecía de su soledad y seriedad propia del Sábado Santo a su llegada a la Carrera Baja con el recibimiento de cofradías hermanas de nuestra parroquia.



  Todo era diferente esta vez, desde la disposición del manto hasta la organización del cortejo gracias al recogimiento de los devotos que a pesar de no mantener el silencio propio para la dolorosa quisieron acompañar tan querida imagen hasta la entrada a la iglesia, momento en el que se dispuso a entregar el testigo de Hermanos Mayores de Fiesta a una nueva familia cofrade. Y esta vez sí, la plaza quedó en soledad para el pensamiento de una cofradía veterana que trata de evolucionar con los nuevos tiempos y en vista de sus próximas elecciones.










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