jueves, 28 de julio de 2016

¡Viva la patrona de Torredelcampo!

¡VIVA SANTA ANA! ¡VIVA LA NIÑA!

¡VIVA LA ABUELA!



 Con el calor acechante tras las plazas que recibían a la Abuela y la Madre de Dios, un platinar andante y relicario de fe torrecampeña se disponía a evangelizar nuestras calles. El rosa, color de primavera y de niñez invadía el exorno floral del paso y se plasmaba en el nuevo vestido que portaba la Virgen Niña en el día grande de su madre, quien sonriente por pasear de nuevo alzaba con gracia su tesoro como la mayor de las alhajas en el mundo. Acompañadas de un largo cortejo habitual con los trajes de flamenca inundando de color las avenidas y plazoletas todo era color y devoción en la tarde en que se celebraba la onomástica de la Señora Santa Ana y se ponía el broche de oro a sus fiestas. 







 Tras la solemnidad de la eucaristía que se celebrara en la mañana en la parroquia de San Bartolomé y a la que asistieran numerosos devotos que apenas dejaron hueco libre en el templo, los anderos recelosos miraban las puertas anhelantes de un nuevo sueño por cumplir. Las velas de amor se consumían entre el gentío y los vivas parecían salir de las entrañas de la tierra. Abriendo el cortejo las representaciones de todas y cada una de las hermandades de nuestro pueblo, y cerrándolo la Banda Municipal Santa Cecilia de la Torre. Toda una manifestación de fe que con la devoción de antaño quiso atraer a fieles de toda la provincia, como fuera el caso de unas hermanas de la vecina localidad de Jamilena que quisieron iniciar la procesión con un hermoso cante a la patrona.






 Seguidamente el Barrio San Juan se volcó con la decoración de sus balcones y su propio acto de presencia en la Plaza de España, donde una familia cofrade quiso agradecerle a Santa Ana bendita todos los favores concedidos con una grandiosa petalada dispuesta a colorear el cielo que empezaba a oscurecerse. Y de nuevo allí, una torrecampeña quiso prestar su voz entre la multitud para cantar con el corazón a la Abuela. Después llegaron las palmas, la entonación de la salve que suena tras Encarnación Coronada, la presentación al pueblo de Torredelcampo y la llegada a la plaza. Y como si se hubiese tratado de un sueño, toda nuestra fe volvió a alojarse en el templo mayor, expectante ante la dulzura de una Virgen Niña que ya sueña con volver a su ermita.








*Fotografías de José Manuel Jurado.

1 comentario:

  1. que buen trabajo hace en este blog no dejeis de visitar la pagina de facebook rincón cofrade https://www.facebook.com/groups/375937139090928/?ref=bookmarks

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