"Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar y la Virgen concebida sin pecado original".
Tras la vigilia de Pentecostés en que el Espíritu Santo descendiera de los cielos bajo mil lenguas de fuego sobre los Doce Apóstoles, la celebración de la fe cristiana en torno a Dios mismo bajo la sagrada forma del Santísimo Sacramento de la Eucaristía llegaría a todos y cada uno de los rincones de nuestras tradicionales costumbres.
La festividad del Corpus Christi aúna originalidad, convivencia entre vecinos y derroche de elegancia por el casco histórico de nuestras calles que saca a relucir su belleza en un asfalto de juncos y un cielo bajo los colores de la Iglesia. El grupo litúrgico local de la Adoración Nocturna como siempre era el encargado de procesionar la Custodia por el itinerario procesional, que abría este año estrechas sendas de juncos aledañas a la imponente iglesia parroquial de San Bartolomé, cuyos feligreses recibían a la Sagrada Forma bajo la dulzura y atenta mirada del Sagrado Corazón de Jesús dispuesto en la portada del centro parroquial. En cuanto al resto de calles la cruz y el cáliz hacían de único blasón en un Año de la Misericordia que proponía difundir la bondad del Padre. Desde el "Callejón del Pozo" hasta "el Llanete" fueron muchos los vecinos que salieron para hacer acto de presencia ante una de las celebraciones religiosas más importantes del año, junto a las andas de la Custodia con la luz de sus velas o tratando de abrazar el cortejo de niños y niñas que habían recibido su Primera Comunión durante la pasada Pascua. Y ante el estandarte de la Hermandad Sacramental, junto a una majestuosa Cruz Parroquial una amplia hilera de representaciones desde las distintas cofradías y agrupaciones parroquiales de pasión y gloria acompañada de los sones de la Banda Municipal.
Os dejamos con un pequeño repertorio de fotografías captadas por Francisco Expósito Pérez.
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