lunes, 21 de diciembre de 2015

La luz de la Esperanza



 La luz de Belén había llegado, cándida y acogedora como cada Adviento. La luz estaba presente pero faltaba la esencia de la que es Madre de Dios. Y entonces la llama se hizo aún mayor y esta vez sí, la luz de la Esperanza volvió a llenar de fe el corazón de los fieles. Como bajada de los reinos celestiales con la gloria prendida en una cara que dolorosa sonríe a su mismo instante, la Cofradía del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Esperanza en su Mayor Dolor volvía a acercar su sagrada imagen hasta la cercanía de sus devotos, aún más de aquel junio pasado que queda ya atrás en este año cofrade, para celebrar su onomástica del pasado 18 de diciembre. 
 La Santísima Virgen lucía la saya de terciopleo negro bordada en oro fino por Antonio Villar que estrenara en su pasada estación de penitencia así como la cruz pectoral que donara el Grupo Joven de la Hermandad y el puñal costeado por sus costaleras, dando el perfecto colofón de éste su 25 aniversario. La talla permaneció expuesta en solemne besamanos durante todo el fin de semana recibiendo a aquellos que buscaban el calor de nuestra tan próxima Navidad.
 Sin embargo el día grande fue el domingo, cuando se ofreció una eucaristía en su honor y el estreno de una salve propia marcó el rumbo del patrimonio musical de esta cofradía que se abre de puertas. La parroquia de San Bartolomé llenó el aforo una vez más para encender la última vela de Adviento que nos conducirá a la Nochebuena, la noche en que Dios volverá a nacer...
 Os dejamos con una galería de fotos que nos hace llegar Manuel de la Plata, tesorero de la cofradía:












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