CRÓNICA DEL AÑO 2015
Por Manuel J. Mena
Penitente, con la llegada del Mesías
nuestro año 2015 se termina. Sin duda ha sido un año para el
recuerdo, un año cargado de fe, ilusiones, cultos a nuestras
imágenes y buenas noticias cofrades.
Fue en el mes de enero donde
nuestro caminar volvía a tener sentido, una vez más, con la misa en
honor a María Stma de la Paz, en el que pudimos observar el buen saber
hacer de estos hermanos penitentes. En febrero dábamos comienzo a
nuestro tiempo de espera, los 40 días más largos para aquel que es
fiel seguidor de nuestro Señor, tiempo que terminaría en marzo. Con
la llegada del florecer de la primavera Nuestro Señor de la Caridad abría la Semana santa 2015, un Viernes de Dolores que anunciaba una
semana de estrenos y de grandes novedades: nueva vestimenta para Cristo
Rey, nuevo paso de nuestra "Virgen de la Paloma", saya bordada para la Virgen de la Esperanza… En definitiva una semana de contrastes y pasiones que cumplieron la gama tradicional pasando desde ese apagado verde olivo, al negro rúan, rojo sangre, morado de los reyes, marrón franciscano y cómo no, hasta el blanco más puro de la anunciación.
Pero no todo terminaba ahí esta vez, tras unas
intensas fiestas en las que Santa Teresa de Jesús se hizo presente,
este 2015 presentaba dos salidas extraordinarias como eran el Rosario Vespertino
de Ntra Sra de la Piedad y la ya citada Virgen de la Esperanza,
hechos singulares con motivo de un 25 aniversario que tuvimos la suerte de presenciar y que quedaran grabados para muchos en la retina.
En julio, nuestra patrona hacía gala
de esplendor volviendo a visitar su pueblo y haciendo que todo
torrecampeño se acercara esos días a la parroquia para
contemplarla y pedirle favores. Peticiones que como buen saber encomendábamos a la que para todos es la más grande del lugar.
Tras el mes de agosto, la Aurora de un
nuevo día abría el nuevo curso cofrade, un curso en el que se
hacía patente la Exaltación de la Cruz de Cristo, una Sentencia que cual milagro resurgía en la Piedad de su bendita Madre que se volvía luz de una nueva Esperanza, y todo bajo la atenta mirada de nuestro Evangelista, que bendiciendo este 2015 daba fin a un año cargado de emociones.
Penitentes, una vez más el año
finaliza, se vuelven a repetir fechas pero para nada vivencias, y es
por ello, por lo que debemos de disfrutar estos actos y vivirlos
desde la misericordia que nos presenta este nuevo año. Nosotros ya estamos dispuestos a ello y seguro
que vosotros también lo estáis; preparados cómo no para otro año diferente.
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